El desván de las letras
- ¿Que puedes encontrar allí por esas escaleras, abuela?
- ¡Ah, hijo eso es una sorpresa siempre!
- Mi padre dice que cosas antiguas
- Si cariño, lo que desechamos o sustituimos por objetos nuevos.
- Y, ¿si no sirven, porque guardarlos?
- Hija, a veces sube una persona y ve en algún objeto algo mágico que otro no ve.
- ¡Ah, ¿sí?
- Mañana subimos al desván, si tú quieres.
- ¿Mañana? ¡Hoy mismo, esta tarde abuela!
- Bien, subiremos la merienda y verás cuantas cosas interesantes en el desván de las letras.
- ¡Ah! Pero... tiene nombre, no lo sabía.
-Si, de principio fue un lugar acogedor de reunión clandestina, de amigos que escribían y leían.
-¡Que interesante! ¿hay libros?
La abuela revolvió el pelo de su nieto, y le encantó la expresión de sus ojos.
- Si claro, hay escritos de todos ellos, que son estupendos, los encuaderné para que no se traspapelaran.
- ¡Bien, lo leeremos!
18 de Julio 2016
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