Hoy recogí una hoja sucia,
inútil, triste;
la hoja rota de un calendario.
Un arrugado papel, un pedazo de tiempo
arrancado de mí historia.
En esa hoja yacía, mí hoy de ayer
mi ex-yo, mi nunca más.
Allí estaban los no puedo
los no quiero y los quizás,
mezclados con mis esfuerzos,
frustraciones y silencios.
Allí estaban apiñados,
junto a lunas y signos de colores,
miles de planes y sueños
que hoy son dos o tres recuerdos.
Guardé esa hoja pensando
devolverle al calendario,
pero en mi hoy de mañana
no hay espacio ni tiempo
ni deseos de acoger un ayer
que he recogido del suelo.
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