A veces
A veces te cierras como un libro que no quiere ser leído, te enfadas porque tus poemas no se derraman en las redes, no fluyen con la perfección que tú les susurras al oído, y gritas, dolido, a quien solo intenta tenderte la mano.
En un instante, deshaces con un plumazo la dedicación y el cuidado que alguien puso en tu obra, y en ese fuego, no ves el valor ni la ternura, crees que es fácil, cuando en realidad es un acto delicado, frágil.
Solo ves tu sudor, tu esfuerzo, tu alma entregada, y dudas de los otros, de su amor, de su tiempo, como si nadie pudiera ser como tú, como si su cariño fuera menos cierto.
Ese enojo que no dominas, ese impulso que te arrastra y te duele, te ha acompañado siempre, como una sombra que pesa en quienes te rodean.
En cada palabra que damos, se esconde un puente que une almas.
Escucha con el corazón abierto, porque en la sencillez nace la verdad.
La verdadera conexión no está en lo que decimos, sino en cómo hacemos sentir al otro.
MarinaDuende ©️
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