Te recuerdo, susurrando mi nombre,
con dulzura que mi ser asombre.
Eran momentos de ardiente pasión,
tus labios, fuego, pura devoción.
Al rozar mi piel, el mundo se apaga,
tu beso, lava que al alma le embriaga.
Yo te mordía, sin causar dolor,
en un abrazo, todo era amor.
Fundidos en danza, cuerpos en juego,
saboreando juntos el dulce fuego.
Eran instantes de eterno placer,
te llevo en mi pecho, siempre a querer.
MarinaDuende ©️
