viernes, 29 de agosto de 2025

Lo que perdemos

 Lo que perdemos 


Hoy siento nostalgia por una época en la que la música y el canto parecían tener un peso diferente, casi mágico. 

La esencia de la voz, ese timbre único que puede conmover el alma, a menudo se ve opacada por la imagen y la estética. Es cierto que hoy en día, muchas artistas parecen más centradas en su apariencia que en la pureza de su canto.

Sin embargo, hay algo hermoso en la autenticidad de quienes se atreven a mostrarse sin filtros, aunque a veces eso signifique perderse en un mar de superficialidades.

Las voces que cuentan historias, que nos transportan a momentos de amor y alegría, parecen escasear. 

La música actual, con su ritmo frenético y sus letras a menudo vacías, puede dejar un vacío en quienes buscan esa conexión profunda que solo una gran interpretación puede ofrecer. 

Esa chica que oí está noche actuando al aire libre en un hotel, con su voz suave, es un reflejo de la lucha de muchos artistas que buscan ser escuchados en un mundo ruidoso. La falta de público y la competencia con otros escenarios pueden hacer que su talento quede eclipsado, pero su esencia sigue siendo valiosa. 

Es triste pensar que el respeto por el arte ha disminuido, y que ahora se valora más la apariencia que la habilidad. Pero siempre habrá quienes busquen la música que toca el corazón, que conecta con las emociones más profundas. 

Quizás lo que necesitamos es redescubrir esos espacios donde la voz se eleva por encima de todo, donde cada nota cuenta una historia.

La música es un viaje, y aunque el camino haya cambiado, siempre habrá tesoros escondidos esperando ser descubiertos. Sigamos buscando esas melodías que nos hacen sentir vivos. 

    ✨🎶✨

MarinaDuende ©️





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