miércoles, 19 de agosto de 2015

Insomnio

Insomnio

Le observó, había quedado profundamente dormido después del encuentro carnal, cada vez le resultaba más difícil fingir. Miraba aquel rostro que años atrás le resultara tan atractivo, aquel cuerpo tan deseado.

¡Qué lejos quedaban aquellas sesiones de sexo y éxtasis buscando el momento ansiado para quedar a solas!

No sabía en qué momento se había esfumado el deseo o el amor.

Él la buscaba continuamente, la tocaba, mordiéndose el labio inferior; ella no estaba casi nunca.

Aquel himno para ellos amoroso de “Hablemos del amor”, el cual le emocionaba en su tiempo, ahora no le transmitía ningún deseo, era cómo recordar una película vista repetidamente.

Se levantó de la cama y se fue a preparar una tila. El amanecer la sorprendería sola,  acurrucada en el sofá con un libro, después de estar pensando que decisión tomar.



Marina Duende
Foto Internet


Vibrante

Vibrante

Abrió la puerta, venía cansada. Se fue quitando los zapatos y soltando la ropa camino del baño. Se dejó empapar por el agua en la ducha, hasta relajarse y sentir casi frío.

Al salir le vio en el espejo sonriente y expectante. Le ofreció su mano para salir como si fuesen a empezar un baile. Se pegó a ella y notó el calor de su piel, se dejó llevar.

Percibió su potencia masculina, y notó como ella se humedecía.

Tendió la toalla y ella se tumbó dispuesta. Él le abrió las piernas y empezó a acariciar su clítoris, ella empezó a retorcer su cuerpo, totalmente entregada, sus pezones se empezaron a poner duros, él la lamía deleitado en ellos, sin parar de mover los dedos.

Cambió de postura, y su verga quedó al lado de su boca, ella la miró extasiada en el momento que él empezó a meter su lengua dentro de su cavidad. 

No pudo evitar introducir poco a poco al manjar aquel en su boca. Los gemidos eran mutuos.

–Algo de vicio no está mal ¿eh?… - dijo él.

– ¿Vicio? Esto es el paraíso…, sigue, no quiero enfriarme.

Lo jadeos continuaron hasta llenar el espacio compartido.

Marina Duende




Ojos de gata

Ojos de gata

Salima le vio y observó a través del velo. Tenía una perilla recortada e iba atractivo e impecable con su ropa de lino blanca, la piel bronceada y una ligera sonrisa en los labios.

Su tío Asad le había llamado para anunciarle algo que ella temía, que no la había dejado dormir durante noches.

-    -  Acércate Salima, te voy a presentar a tu futuro esposo Amir.
Amir se inclinó levemente como si ella fuese una princesa, mirándola a los ojos un instante, ella se ruborizó hasta la punta de las raíces de su pelo, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, aunque iba tapada, parecía como si hubiese entrado en su interior. Su tío rió a carcajadas.

-      Amir, ¿te dije que tenía ojos felinos?
-      Cierto  –dijo Amir–, bellos.
-      Estoy seguro que será una buena esposa para ti y que la sabrás cuidar, es como si fuese mi hija y quiero que sea feliz.

-    - No te preocupes Asad, así será, te lo prometo.

Salima observó a los dos hombres, parecía que tenían buena relación y se tranquilizó un poco.
-      Salima –dijo su tío– antes de irte quiero decirte que Amir sabe que te gusta leer, sabemos la ilusión que te hace, para que al menos en ese aspecto estés tranquila.

El corazón de Salima saltó de gozo dentro de su pecho.
-   - Mi corazón te lo agradece tío.
-    - Puedes retirarte, tenemos que ultimar detalles sobre vuestra boda, Amir quiere que sea pronto.

Salima hizo una leve reverencia y salió de la estancia, mientras sus ojos de gata comenzaron a refulgir como hasta entonces no lo habían hecho.

Marina Duende


jueves, 23 de julio de 2015

Garabato (El bebé).



Garabato y el bebé

Se apresuró, pues iba con retraso. Su madre le esperaba para la cena, sin embargo las risas de un bebé le llamaron la atención. Se asomó a la ventana,  miró en el interior, y sí,  dentro de una cuna charlaba a solas un crío en un idioma ininteligible.

Era una monada, no se veía a nadie. El bebé se quedó mirándole con los ojos muy abiertos, y de pronto le sonrió, Garabato se sintió feliz. Le tocó,  aunque recordó las palabras de su madre: cuidado con los bebés de los humanos, son más grandes que nosotros e inconscientemente nos pueden meter en un aprieto. Cierto, pero que guapo era este,  ¿o era esta?

¡Ah!, tenía unos adornos en las orejas  ¿Qué quería decir aquello, era un simple adorno?

Oyó ruidos y una voz dulce que se acercaba, bajó rápido y salió lo más raudo posible por la ventana y se hizo invisible hasta llegar a su casa. El corazón le bombeaba deprisa.

Su madre lo esperaba impaciente y con los brazos en jarras.

–Llego tarde, lo siento madre.

–Bueno, al menos no te has metido en líos. Cualquier día te cazaran esos humanos, y te exhibirán por ahí en una jaula como a un mono de feria...

– No te preocupes madre, tendré cuidado. Tengo hambre...

MarinaDuende

Lema: (Llego tarde) julio 2015




martes, 19 de mayo de 2015

Desde China.

Desde China...  



Andaba yo embebido en mi trabajo, sin darme mucha cuenta de mi alrededor cuando entre a comprar en un comercio chino, algunas cosas que me hacían falta.

Fui a la caja y encontré al chico que se ocupaba de ella, tras una mascarilla con filtro, no podía hablar, los ojos le lagrimeaban, estaban rojos, tosía sin parar, lo estaba pasando bastante mal.

- ¿Alergia? - le pregunté.

- Si - me dijo compungido - al olivo.

- ¡Vaya, pues anda que no estamos rodeados de ellos aquí!

Él hizo un gesto con las manos, resignado y me cobro el importe de la compra.

-¡Manda guevos! - dije - con lo grande que es el mundo y has tenido que venir desde China, aquí a Jaén a respirar el polvo amarillo. 

¡Cuídate hombre!

Y allí dejé al pobre hombre, que estaba para estar en cama, y seguí pensando: ¿cuántos kilómetros habrá desde China hasta aquí?



MarinaDuende 18/05/2015
(Lema: polvo amarillo)
Foto Internet.

martes, 12 de mayo de 2015

Me toca a mí

En la cola…                                    

Entré en el supermercado con premura, necesitaba unas cuántas cosas, la fui seleccionando y poniéndolas en el carrillo de ruedas.

Al llegar a la caja, había una cola que por un momento me dieron ganas de desistir, pero en fin, tardaría casi lo mismo o más, de volver atrás. Llegaría a mi cita con el tiempo justo.

Había una pareja con un niño delante de mí, el cuál pataleaba, reclamando algún capricho que los padres no estaban dispuestos a darle.

Llegó una anciana y pidió por favor, pasar antes de su turno, pues estaba cansada y no podía estar demasiado rato en pie, yo no supe qué decir, pero el niño con lágrimas en los ojos y enfadado, contestó rápidamente; - ¡Me toca a mí…!

-      Bueno, bueno, chiquitín, no te pongas así, esperaré un poco. Los padres como si no oyeran nada, siguieron charlando entre ellos.

- ¡Pase delante de mí, un rato más no me importa! – le dije.

Me sonrió: - ¡Ah gracias señora, se lo agradezco! Y me susurró:

-      ¡Hay que ver, que poca educación hay hoy día, no sé dónde vamos a llegar…!


MarinaDuende 11_05_2015


El jardinero

El jardinero

Ella escribía en un papel:
¡Te quiero! ¡Gracias a ti, he sobrevivido a aquel accidente de coche de hace seis años, aunque quedé en un sillón de ruedas, tengo que agradecerte poder moverme hoy y andar aunque sea con bastón.
-          - Tu constancia.
-        - Tus cuidados, sin enfadarte nunca, cuando yo me irritaba y decía que no podía.
-         - La capacidad de arreglar cualquier artilugio para que yo pudiera hacer cosas más fácilmente.
-        -  Tú lógica para darme razones sobre mi vida, que querías verme contigo a que me hubiese ido para siempre.
-      - Tú forma de darme ánimo, de leerme cuando a mí no se me entendía aun lo que hablaba y decías: - ¡Lo    conseguirás, mientras tanto intenta escribir lo que sientes! Eran garabatos porque tampoco tenía fuerza en  mis manos, pero lo decías tan de verdad, que yo me lo creía todo.
-          -Tu fuerza para sobrellevar durante seis años ya, ésta contrariedad pues todo nos cambió, pero tú les decías   a tus hijas… no os preocupéis,  yo la atenderé.
-         - Tu amor.
 t    -Tus besos diarios, lavándome, peinándome, pintándome mis uñas…diciéndome guapa cada día. 
    - El hacer las cosas con agrado sin quejas, no sé cómo has tenido tanta paciencia, mi amor. Hoy puedo moverme y hacer algunas cosas por mi cuenta, no todas pero a principio hasta me dabas de comer, así que para mí pasito a paso he ido con tu ánimos recobrando bastante, pues no esperaba nada   
      ¡Gracias Enrique!  
      ¡Te quiero! 
S   Su marido hizo una pausa en el arreglo del jardin y se acercó hasta el porche, se quitó el sombrero y lo dejó caer en un sillón de mimbre vacío. 
La besó apretándola y vio el papel y dijo:
-          -  ¡Cariño cada vez escribes mejor que yo! Iré a por un té y mientras leemos lo que has escrito. 
       Ya mismito vengo.
Ella le siguió con la mirada, para ella era el mejor hombre del mundo y el amor de su vida.



MarinaDuende 21_07_2014
Pintura de Alex Alemani


Garabato (La Junta)

La Junta…           

  “Me toca a mí”

Desde mi asiento observaba a cada uno de los miembros allí reunidos y los temas a tratar, unos oían, otros callaban, y algunos exponían su opinión con pasión o enfadados.

Yo admiraba al duende que presidia aquel encuentro, pues las decisiones que adoptaba eran muy razonables y enriquecedoras para nuestra comunidad, y me preguntaba: ¿Cómo sabía la medida adecuada para cada problema y que todos le obedecieran?

Gaudí, se me quedó mirando de pronto y me dijo:
-          Y ¿tú qué opinas Garabato, sobre esto?
Yo le miré sorprendido y dije: - ¿Me toca a mí?

Él rió a carcajadas.
-          ¿Por qué no? eres un miembro más de este grupo. Veo que asistes atento a todas las citas y me gustaría saber lo que piensas.

Sin hacerme de rogar contesté:
 - Pienso que tenemos que seguir ayudando a los humanos, haciendo nuestra labor de siempre, cambiando las cosas de lugar y haciendo trastadas que no esperan, para hacerles reflexionar en su comportamiento para con la naturaleza y el prójimo. Eso sí, sin dejarnos ver, ni pensar lo qué harían... De nuestro proceder depende nuestra supervivencia y la de ellos.

A Gaudí, le brillaron los ojos y sonrió:
-          Una respuesta inteligente Garabato ¡Gracias!
Pues sí, aunque a veces no nos guste la irresponsabilidad de los humanos, tenemos que hacer valer nuestras estrategias para que piensen que el mundo no es solamente de ellos.

MarinaDuende_ 11- 05 – 2015

(251 palabras)


martes, 5 de mayo de 2015

DESEOS

Deseos

Mis deseos caminan hacía tus suspiros.

Tu aliento se detiene en mi cuello,

y recorre mi cuerpo un escalofrío.

Tus manos palpan mi piel, seda para ti,

y me dejo llevar al susurro de tu voz.

La madrugada se acorta embriagados

por el deseo mutuo.

Tus pies se enlazan en los míos

y quedamos al tiempo;

saciados de nuestros deseos

más fervientes.

MarinaDuende 


VÉRTIGO


Vértigo
"Mis alas se rompen y caigo al vacío en un vuelo inédito.

En un impulso, me elevo; mis deseos pueden aún más que yo.

Me aferro a mis sueños y no me doy por vencida, siendo yo misma, 
me anclo en mi interior, me relajo, vuelvo a renacer y... despierto".

MarinaDuende 04_05_2015