EN LA OFICINA (Mi
otro yo)
Después de unos días de vacaciones por ajustes laborales,
Camila desayunaba con su compañera y amiga Doris; la cual no paraba de hablar
del nuevo jefe: “que si estaba de pan y moja”, “tiene planta de actor
importante”, “una melenita que no veas cómo le cae”, “los trajes le quedaban
impecables”… bla, bla, bla…
Camila miró el reloj, tocaba marcharse y le gustaba llegar
con antelación, sin prisas.
Doris seguía hablando durante el camino del mismo tema…
- - Claro cómo tú estás enamorada de Carlos, tu
marido, te da igual… pero hija que una no es de piedra, viendo al jefe y cuando
llego a casa y veo lo que tengo… en fin, eso es lo que hay…
Nada más llegar, le dijeron que se pasara por el despacho
del jefe.
- - ¡Vaya! – pensó- para ser joven, muy madrugador,
me gusta.
Se revisó en el espejo del ascensor, su traje gris y su
blusa de encaje rosa eran de estreno, su pelo recogido, estaba bien. Ya
le había dicho su marido esa mañana:
- - Pero qué bombón tengo de mujer… y la había
besado apasionadamente.
Llamó a la puerta y enseguida la abrió, tras pedir permiso
entró.
El nuevo jefe salió tras su mesa a estrechar su mano e
invitarla a sentarse.
Le llegó su aroma, tal vez Calvin Klein, su traje, su
melena, si… se adivinaba un cuerpo, llevaba razón Doris, el anterior jefe era
mayor y paternal, aquel le iba a dar un nuevo aire a la empresa.
Se sorprendió cuando le propuso tenerla cómo secretaria
personal, en un despacho adjunto al suyo, decía que por recomendación del
anterior jefe. Ella le pareció bien y salió encantada.
Al llegar a su planta, sus compañeras expectantes, sobre
todo Doris:
- - ¿Qué quería el “señor”?
- - A partir de ahora, soy su secretaria personal.
La compañera abrió la boca y la miró de arriba abajo:
- - Esto se llama “tener suerte”, qué envidia hija…
para qué te voy a decir otra cosa. ¡Te felicito!
Cuando llegó a casa preparó una cena especial, con velas.
Espero a Carlos con todo preparado y sexy.
Él se dejó llevar sorprendido.
- - ¿Qué celebramos?
- - Mi ascenso, soy secretaria personal del nuevo jefe
en la empresa.
- - ¡Cariño, eso está muy bien, te lo mereces!
¡Enhorabuena!
Brindaron con sus copas y se besaron. Ella con hambre, él
halagado se dejó llevar. Camila empezó a desnudarle y él la siguió, palpando
sus pechos y notando sus pezones erectos, su desnudez fue rápida y se
encontraron en poco tiempo, comiéndose uno al otro.
- - ¡Cielo, no conozco éste “otro yo tuyo”, pero me
excita tanto que me encanta… ¡ummm… estás provocativa, esa ropa… ¡
Sí – pensaba Camila- desperté de mi letargo, mi otro yo está
aquí y tendré que guiarme por él y hacerle caso, si me quiero controlar ante mi
nuevo jefe, ante aquel pedazo de cuerpo tan atractivo y sensual. Tendré que
repetir más esto cómo tú querías… no sé porqué me he excitado tanto...
Aquella noche fue apoteósica, porque la cena tuvo que
esperar un poco más de la cuenta…
DuendeMarino 14_07_2014
Foto de internet.
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