domingo, 20 de julio de 2014

EN LA OFICINA (Mi otro yo)

Después de unos días de vacaciones por ajustes laborales, Camila desayunaba con su compañera y amiga Doris; la cual no paraba de hablar del nuevo jefe: “que si estaba de pan y moja”, “tiene planta de actor importante”, “una melenita que no veas cómo le cae”, “los trajes le quedaban impecables”… bla, bla, bla…
Camila miró el reloj, tocaba marcharse y le gustaba llegar con antelación, sin prisas.
Doris seguía hablando durante el camino del mismo tema…
-         - Claro cómo tú estás enamorada de Carlos, tu marido, te da igual… pero hija que una no es de piedra, viendo al jefe y cuando llego a casa y veo lo que tengo… en fin, eso es lo que hay…
Nada más llegar, le dijeron que se pasara por el despacho del jefe.
-       -   ¡Vaya! – pensó- para ser joven, muy madrugador, me gusta.
Se revisó en el espejo del ascensor, su traje gris y su blusa de encaje rosa eran de estreno, su pelo recogido, estaba bien. Ya le había dicho su marido esa mañana:
-        -  Pero qué bombón tengo de mujer… y la había besado apasionadamente.
Llamó a la puerta y enseguida la abrió, tras pedir permiso entró.
El nuevo jefe salió tras su mesa a estrechar su mano e invitarla a sentarse.
Le llegó su aroma, tal vez Calvin Klein, su traje, su melena, si… se adivinaba un cuerpo, llevaba razón Doris, el anterior jefe era mayor y paternal, aquel le iba a dar un nuevo aire a la empresa.
Se sorprendió cuando le propuso tenerla cómo secretaria personal, en un despacho adjunto al suyo, decía que por recomendación del anterior jefe. Ella le pareció bien y salió encantada.
Al llegar a su planta, sus compañeras expectantes, sobre todo Doris:
-         - ¿Qué quería el “señor”?
-         - A partir de ahora, soy su secretaria personal.
La compañera abrió la boca y la miró de arriba abajo:
-         - Esto se llama “tener suerte”, qué envidia hija… para qué te voy a decir otra cosa. ¡Te felicito!
Cuando llegó a casa preparó una cena especial, con velas. Espero a Carlos con todo preparado y sexy.
Él se dejó llevar sorprendido.
-       -   ¿Qué celebramos?
-        -  Mi ascenso, soy secretaria personal del nuevo jefe en la empresa.
-      -    ¡Cariño, eso está muy bien, te lo mereces! ¡Enhorabuena!

Brindaron con sus copas y se besaron. Ella con hambre, él halagado se dejó llevar. Camila empezó a desnudarle y él la siguió, palpando sus pechos y notando sus pezones erectos, su desnudez fue rápida y se encontraron en poco tiempo, comiéndose uno al otro.

-        -  ¡Cielo, no conozco éste “otro yo tuyo”, pero me excita tanto que me encanta… ¡ummm… estás provocativa, esa ropa…  ¡
Sí – pensaba Camila- desperté de mi letargo, mi otro yo está aquí y tendré que guiarme por él y hacerle caso, si me quiero controlar ante mi nuevo jefe, ante aquel pedazo de cuerpo tan atractivo y sensual. Tendré que repetir más esto cómo tú querías… no sé porqué me he excitado tanto...
Aquella noche fue apoteósica, porque la cena tuvo que esperar un poco más de la cuenta…
DuendeMarino 14_07_2014
Foto de internet.


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