viernes, 18 de julio de 2014

Buscando


Había poca luz y fui a apartar las contraventanas, los rayos del sol entraron dando calor en la buhardilla, la claridad hizo aparecer: muebles, cajas, enseres y objetos, dándole vida a la anterior penumbra.
Hacía tiempo que murió mi madre y me resistía a subir allí, todo estaba en orden, así era mamá y la abuela, todo guardaba su secuencia sistemática, excepto la capa de polvo y alguna telaraña que el transcurrir del tiempo había dejado en todo cuanto había.
Me atrajo el rincón de los juguetes; el balancín que había mecido mi infancia y la de mis hermanas, también la casa de las muñecas hecha al detalle de manos del abuelo Manuel, que había sido un ebanista admirable; y los dibujos con trazos perfectos, pintados por la abuela Clara, toda una artista en el arte del dibujo, costura y muchas otras cosas.
Busqué con la mirada el baúl de madera de pino, con los dibujos de flores y hojas, digno de estar en un preferente lugar de la casa. Cogí un taburete y me acerqué a él, acariciando su tapa, lo abrí y me llegó un suave olor a lavanda, de las bolsitas que guardábamos entre la ropa. Quité la sabana que cubría el contenido y empecé a examinar las prendas para dar con lo que buscaba, seleccionando algunas que me podían servir, para la fiesta de mi hija.
Al coger un abrigo noté algo dentro de un bolsillo interior, metí la mano y extraje una foto; ¡qué guapa la abuela! también un sobre, el cual tenía un membrete de un bufete de abogados. Lo abrí y me quedé boquiabierta al leer ávidamente la información. 
Iba dirigida a la abuela Clara, se trataba de su abuelo materno, el cual había muerto y a través de un albacea, le explicaba que él, dio en adopción recién nacida a mi abuela, o sea su nieta, por ser la madre (su hija), soltera y ellos de una familia aristócrata.
A la madre le dijo que el bebé había muerto, aunque él siempre veló porque su nieta estuviese perfectamente bien.
Bueno, me quedé boquiabierta, nunca había oído nada de esto, en tantos años. Las preguntas se agolpaban en mi mente, ni mi madre me había dicho nada de esto, ¿lo había sabído ella?, ¿desde cuándo?
Un montón de preguntas sin respuesta acudían a mi mente...

El sonido del móvil, me volvió a la realidad. 

(18_05_2014 – DuendeMarino)


1 comentario:

  1. Todas las familias guardan secretos, en esta al final se desveló. Bonita historia.
    Besos.

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